Los estándares que debe cumplir la salmonicultura en Chile

La salmonicultura en Chile debe estar al día tanto en materia local como internacional para alcanzar los más altos estándares de calidad. Por ello, las empresas salmoneras en Chile trabajan para cumplir con diversas certificaciones que garantizan que sus procesos productos sean sostenibles y responsables con el medio ambiente.

En esta nota te invitamos a conocer un poco más sobre ello, y todo el trabajo que está tras bambalinas, desde la crianza del salmón hasta que llega a tu mesa.

Certificaciones internacionales de la salmonicultura

Las empresas socias de SalmonChile están certificadas internacionalmente bajo los estándares de Best Aquaculture Practices (BAP), Aquaculture Stewardship Council (ASC) y/o GlobalGap.

Esto se traduce en que El 100% de la biomasa producida por los centros de cultivo de salmones operen bajo estrictos lineamientos ambientales, sociales y de calidad. Cumpliendo de esta forma con el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Reducción del impacto ambiental

El trabajo no se queda solo allí, sino que las empresas salmoneras en Chile han adoptado medidas concretas para minimizar su impacto en los ecosistemas marinos y terrestres:

• Reutilización del agua: más del 99% del agua utilizada en pisciculturas con tecnología de recirculación (RAS) es reutilizada, reduciendo significativamente la presión sobre los recursos hídricos durante la producción de salmón.
• Huella de carbono: se trabaja para reducir en un 30% las emisiones de carbono para 2030, mediante mediciones estándar que incluyen emisiones directas, indirectas y de toda la cadena de valor.
• Manejo de residuos: los productores de salmón han implementado iniciativas para gestionar residuos en las costas, recolectando más de 2.853 metros cúbicos de desechos en 2023.

Reducción en el uso de antibióticos

La salmonicultura tiene como uno de sus objetivos principales el reducir en un 50% el uso de antibióticos para 2025. Esto según el Seafood Watch del Monterey Bay Aquarium.

Para cumplir con ello, la salmonicultura en Chile está realizando un esfuerzo sostenido para cumplir con la meta. Respecto de 2017, la industria salmonera en Chile ha disminuido un 43% el uso de antibióticos, con miras a cumplir el objetivo para 2025.

Esto va de la mano con el compromiso de las empresas salmoneras con una mayor sostenibilidad, lo que se refleja en la inversión en investigación y desarrollo. En 2023, se destinaron 7.372 millones de pesos a proyectos relacionados con tecnologías avanzadas, salud de los peces y reducción del impacto ambiental. 

Esto permite a los centros de cultivo de salmones operar bajo condiciones más eficientes y responsables.

Proyección de la salmonicultura hacia el 2030

La salmonicultura en Chile tiene metas altas con miras a 2030, para seguir en primera línea respecto a los estándares globales y seguir creciendo en cuanto a exportaciones de salmones.

Por ello, se busca que un 100% de la producción acuícola esté certificada bajo estándares sostenibles para 2030. Actualmente, 100% de la biomasa de las empresas socias está certificada bajo estándares internacionales como Best Aquaculture Practices (BAP), Aquaculture Stewardship Council (ASC) y/o GlobalGap.  En tanto, Toda la producción exportada está sujeta al menos a una de  estas certificaciones.

Por otro lado, se quiere aumentar la producción acuícola con bajo impacto en los ecosistemas hasta un 70% para 2030, acorde a la FAO y Blue Growth Initiative. Dos empresas socias fueron incluidas en el ranking mundial Coller FAIRR en 2023, 

posicionándose entre las 10  compañías con menor riesgo o mayor sostenibilidad. 

Además, de  las 10 empresas en el ranking, 8 son salmoneras, lo que evidencia los 

avances de la industria hacia una proteína con menor impacto ambiental.

En conclusión, los altos estándares que debe cumplir la salmonicultura en Chile no solo aseguran la calidad de su producto, sino que también posicionan al país como referente en producción sostenible. 

Este esfuerzo conjunto busca seguir mejorando a la industria del salmón como una actividad que aporta valor tanto a las zonas donde se desarrolla como a las comunidades.